El valle de Barrosa tiene la capacidad de transportarnos muy al norte, a esos bosques de coníferas cercanos al círculo polar. Este rincón entre montañas de 3000 metros tremendamente nos hará pasar un magnífico día de raquetas de nieve, la guinda del pastel la ofrece su refugio, situado en la cabecera del valle, donde podremos comer la mar de bien.
